los virus del SIDA


Los virus del SIDA pertenecen a una familia de virus animales, los retrovirus.
Desde hace casi 100 años se tiene el conocimiento de que algunos tipos de cánceres de especies animales (leucemias, sarcomas) están ocasionados por virus (agentes filtrables) lo que ha servido de estimulo durante muchas décadas en la búsqueda de estos virus por los virólogos, especialmente en la década de los 50-60 con los adelantos en microscopía electrónica y en la de los 70 con la demostración de la existencia de la transcriptasa inversa (Temin, Mitzutani).
Consecuencia de esta búsqueda se aisló en 1.980 el primer retrovirus humano descrito, el HTLV-I. Este virus ocasiona la leucemia de células T del adulto, enfermedad que Takastsuki en Japón había observado que presentaba una distribución geográfica que hacía pensar en la posibilidad de que se debiese a un agente transmisible. De otro lado el descubrimiento de la interleucina 2 (IL-2) o factor de crecimiento de las células T permitió mantenerlas en cultivo durante largos períodos de tiempo. En 1.982 se aisló otro virus relacionado, el HTLV-II, a partir de un enfermo con leucemia de células peludas.
Poco después, en 1.983, el equipo de Montagnier aisló otro retrovirus que denominó LAV a partir de un ganglio linfático de un paciente que presentaba una linfoadenopatía persistente generalizada y en 1.984 el equipo de Gallo descubrió otro retrovirus que denominaron linfotrópico humano de células T y al que correspondía el numeral III (HTLV-III). Posteriormente se comprobó que ambos virus eran en realidad el mismo e internacionalmente se acordó denominarlo virus de la inmunodeficiencia humana 1 o VIH-1 para diferenciarlo de otro retrovirus similar que aislado en 1.986 se denominó VIH-2.
En 1.987 se describió otro retrovirus asociado con un subgrupo de linfomas cutáneos de células T, el HTLV-V (previamente se había descrito el HTLV-IV que resultó ser una contaminación con un retrovirus de la inmunodeficiencia de los simios y que por lo tanto no se acepta como tal HTLV). En la presente década se han aislado otros retrovirus asociados, posiblemente, con enfermedades autoinmunes como el síndrome de Sjögren, la enfermedad de Graves, la esclerosis múltiple o el lupus eritematoso, pero cuya relación etiológica no se conoce perfectamente.
Los retrovirus están constituidos por un ácido ribonucleico (ARN) que debe copiarse en ácido desoxirribonucleico (ADN) bicatenario para poderse integrar en el núcleo de la célula huésped; por lo tanto su material genético es ARN en la partícula viral y ADN cuando se encuentran en la célula que infectan. El proceso de conversión de ARN en ADN es una característica principal de los retrovirus que se lleva a cabo mediante acciones enzimáticas secuenciales; la propiedad de replicarse a través de la transcripción inversa les da su nombre, pero esta propiedad la comparten otros virus animales, como los que producen las hepatitis B, y vegetales.
Además de ocasionar enfermedades en humanos y otros animales, aunque no todos los retrovirus ocasionan enfermedad, son virus importantes en biología molecular, biotecnología (producción de ADNc a partir de ARNm) y en experimentación en terapia genética y producción de animales transgénicos.




El VIH-1
El VIH-1
Una característica importante del VIH es su extremada variabilidad genética por lo que el VIH-1 forma parte de una población viral heterogénea que dificulta la compresión de algunos de los mecanismos de interactuación entre el virus y su huésped.

En unas condiciones idóneas, académicas, se considera que el VIH es una partícula esférica con un diámetro entre 80 y 110 nanometros. Esta partícula presenta tres capas concéntricas: la capa interna contiene una especie de nucleoide con forma de cono truncado constituido por el ARN del virus y la nucleoproteína con las enzimas; la capa intermedia es la nucleocápside icosahédrica; la capa externa o envoltura es una bicapa lipídica derivada de la célula huésped; está constituida por la inserción de glucoproteínas del virus constituidas por trímeros de gp120 (gp, abreviatura de glucoproteína) formando 72 proyecciones y por una alta concentración de proteínas celulares entre las que destacan antígenos de histocompatibilidad de clases I y II (HLA I y II).
El genoma del VIH-1 es un ARN de cadena única constituido por 2 hebras idénticas de 9,8 kb y de polaridad positiva que posee diferentes genes encargados de codificar distintas proteínas.
Existen genes encargados de codificar los componentes de la partícula vírica (genes estructurales) y de regular la expresión de los mismos (genes reguladores).
Los tres genes principales, que codifican las proteínas respectivas correspondientes a los antígenos internos, son comunes a todos los retrovirus y son los que se denominan gag (de grupo), pol (polimerasas) y env (envoltura). De los genes estructurales el gen gag codifica las proteínas del core, el gen pol codifica, fundamentalmente, las enzimas como la transcriptasa inversa y la proteasa y el gen env las proteínas de la envoltura vírica. Entre las funciones principales del gag se encuentra la de constituir la mayor parte de la estructura del virión participando en la síntesis de ADN y su integración, además de contribuir al ensamblaje de las partículas víricas y su salida de la célula, el pol participa en la síntesis de ADN y su integración en el genoma celular mientras que el env participa en la asociación y entrada del virus en la célula por lo que se considera como el antígeno de entrada
En contraposición con otros retrovirus, como los HTLV que sólo poseen tres, los VIH poseen al menos 7 genes reguladores que entre otras funciones tienen la de expresar el material genético viral integrado en la célula, lo que los une de un modo importante con la latencia del virus en ella. Entre las proteínas reguladoras las más importantes son las Tat y Rev que son esenciales para la replicación del virus; la Tat actúa como transactivadora de todas las proteínas y la Rev como procesadora del ARNm y su transporte selectivo en el citoplasma. Por lo general los genes reguladores tienen el mismo nombre que la proteína que codifican, el gen se escribe con minúsculas (p.e., tat) y la proteína con la primera letra en mayúscula (Tat). Entre los otros genes estructurales el vpr actúa como acelerador del ciclo de replicación, el nef se piensa que puede tener una acción reguladora negativa y desempeñar un papel no bien conocido en la patogenicidad del virus, el vif se asocia a la infecciosidad de los viriones extracelulares y no es esencial para la replicación, el vpn puede facilitar la salida de los viriones y reducir la formación de sincitios y está relacionado con la muerte de los CD4, y el tev que se activador de los tat y rev. En la tabla adjunta se recogen de un modo resumido los principales genes del VIH y funciones de las proteínas que codifican.                                                                                                                                             





Hay dos formas en que el virus del SIDA ocasiona la muerte: indirecta (permitiendo las infecciones,el cáncer...) y directamente.
El virus del SIDA ataca y destruye un tipo de células blancas (leucocitos), células defensivas del organismo contra la infección. Estas células llamadas "Helper T-Cell", activan a su vez a otras células que producen anticuerpos, los cuales atacan a los microorganismos que invaden el cuerpo humano.
Al ser afectadas estas células blancas, la capacidad defensiva del cuerpo contra las infecciones queda seriamente impedida. Las células "Helper T" dejan de tener su papel normal y se convierten en factorías para el virus del SIDA: el virus se multiplica. En ese proceso, estas células se van destruyendo gradualmente, y según van desapareciendo, la principal defensa o inmunidad del organismo se pierde. Esto destruye por completo el sistema inmunológico.
En un reciente artículo de la revista New York presuntuosamente titulado "La Ultima Palabra en lo que Concierne a Evitar el SIDA", el autor declara abiertamente: "La gente no muere del SIDA, muere de otras enfermedades contra las cuales no pueden luchar". Sin embargo, los investigadores saben que el virus del SIDA puede matar directamente, al afectar seriamente al cerebro, sin la presencia de ninguna infección oportunista y sin destruir el sistema inmunológico.
El virus del SIDA por si sólo destruye las células del cerebro y causa la enfermedad progresiva de éste (Encefalopatía por el virus del SIDA) Los reportes médicos indican que la enfermedad cerebral producida por el SIDA es uno de los aspectos más importantes de la infección de esta enfermedad.
Actualmente hay tres etapas básicas por las cuales pasa una persona que está infectada del virus.
Primera etapa
No hay síntomas pero la persona contagia el virus.
El individuo está infectado del virus pero no muestra síntomas externos. Puede aparentar buena salud y permanecer así bastantes años. Pero la ausencia de síntomas externos es engañosa. El virus infecta gradualmente los ojos, el cerebro, los pulmones, el hígado, el bazo, los riñones, y otros órganos de las personas infectadas. Las personas que tienen el virus del SIDA, incluyendo aquellas que no tienen síntomas visibles, pueden infectar a otras.
Después que ocurre la infección, el cuerpo comienza a "expeler" el virus del SIDA, a través de varias secreciones del cuerpo. Los individuos que están infectados del virus del SIDA pero no demuestran ningún síntoma visible, son tan capaces de transmitirlo como los pacientes que lo tienen ya en su etapa final.
Todo individuo que ha sido infectado del virus del SIDA quedará infectado por el resto de su vida. Esto significa que una vez que una persona ha quedado infectada, él o ella no podrá tener relaciones sexuales íntimas sin poner en peligro la vida de otra persona. Según las regulaciones emitidas por el Centro de Control de las Enfermedades: "Cada persona.... deberá ser informada.... de que no puede tener relaciones sexuales, besar a nadie, o buscar cuidado médico o dental sin poner en peligro a su pareja o a la persona que le atienda el cuidado de su salud, exponiéndola a este virus mortal."
La eficacia del preservativo para la prevención del SIDA no ha sido probada. Se deben evitar también los besos apasionados a través de los cuales se intercambia la saliva infectada. El Dr. Slaff declara: "Los portadores del SIDA que no tienen síntomas... están poniendo a cada persona con la cual tienen relaciones sexuales en grave riesgo."
Segunda etapa - Pre-SiDA, Complejo relacionado al SIDA (Aids Related Complex [ARC])
La segunda etapa de la infección del virus del SIDA ocurre cuando un individuo infectado comienza a manifestar los síntomas, los cuales pueden incluir, pérdida de peso inexplicable, excesivos sudores nocturnos, diarrea persistente, inflamación de las glándulas linfáticas debajo del brazo y en la ingle, fatiga crónica, y/o desarreglos psicógenos.
Durante la segunda etapa de la infección del SIDA las personas tienen graves problemas de salud. Según el virus del SIDA comienza a invadir las células del cerebro y el sistema nervioso central, aparecen los síntomas de demencia. Estos incluyen pérdida de memoria crónica, pérdida del control muscular, convulsiones, mutismo (incapacidad parcial o total para hablar de forma coherente) o graves desórdenes mentales.
La gravedad de esta segunda etapa no debe de ser subestimada. La enfermedad cerebral producida por el SIDA es irreversible. Los pacientes que están sufriendo una de estas severas complicaciones relacionadas con la infección del SIDA, no están incluidos en el número total de casos de SIDA que reporta el Centro para el Control de las Enfermedades. Actualmente, sólo los casos de personas a quienes se les ha diagnosticado ya el SIDA en su etapa final, son declarados por el Centro del Control de las Enfermedades. Sin embargo, se estima que el número de las personas que tienen pre-SIDA o (AIDS Related Complex-ARC) según los investigadores, es diez veces mayor que el de las personas que tienen el SIDA ya en su etapa final.
Tercera Etapa - Etapa final del SIDA.
Las otras enfermedades que afectan a las personas que están en esta etapa se llaman infecciones oportunistas. Atacan cuando la destrucción del sistema inmunológico deja al cuerpo totalmente vulnerable. Normalmente el sistema inmunológico protege al cuerpo contra los efectos de las infecciones, pero según se destruye éste, disminuye la capacidad defensiva contra las infecciones, aparecen éstas y se extienden por todo el organismo.
Entre las infecciones oportunistas más frecuentes cabe resaltar la Neumonía por Pneumocystis carinii: Una infección parasitaria que se infiltra y aloja en los pulmones. Los pacientes que tienen esta enfermedad tienen dificultad para respirar y sienten fuertes dolores en el pecho cuando tratan de hacerlo. También tienen una tos persistente que va acompañada de pequeñas cantidades de esputo blanco.
Las probabilidades de que los que llegan a la tercera etapa del SIDA sobrevivan, son extremadamente insignificantes. Más de la mitad de los que se les ha diagnosticado ya el SIDA morirán dentro del período de 18 meses, más del 70% dentro de un período de 2 años. Prácticamente nadie a quien se le ha desarrollado el síndrome, ha vivido más de cinco años.
El SIDA es más peligroso que ninguna de las otras epidemias que han devastado a la humanidad. Enfermedades como la plaga bubónica, la viruela y otras epidemias que han infectado a los individuos manifiestan sus síntomas rápidamente. Pueden ser inmediatamente identificadas y el paciente aislado antes de que infecte a otros. Con el SIDA, debido a que al tiempo tan largo durante el cual la persona que está contagiada no muestra síntomas, hace que la enfermedad se contagie mucho más, no sea detectada y llegue a un mayor número de personas en la población.